Puente Romano de Córdoba - Más de veinte siglos de historia
Puente Romano de Córdoba

Puente Romano de Córdoba

Desde su construcción en el siglo I a. C., el Puente Romano de Córdoba fue el único puente de la ciudad durante veinte siglos. Descubre la historia de este monumento histórico que ha sido escenario de Juego de Tronos.

Historia

En el siglo I a. C., los romanos construyeron el primer puente de piedra que atravesó el Guadalquivir y comunicó las dos orillas de la ciudad. Se cree que la vía Augusta que comunicaba Roma con Cádiz pasaba por el Puente Romano de Córdoba, también llamado “Puente Viejo”.

Su longitud es de 331 metros y se sostiene sobre dieciséis arcos, cuatro apuntados y el resto de medio punto. Debido a las remodelaciones que el puente ha sufrido a lo largo de la historia de Córdoba, solo quedan dos arcos originales.

En el entorno natural del Puente Viejo destacan los molinos de la época medieval, como el Molino de San Antonio o el Molino de la Albolafia, que aparece en el escudo de la ciudad.

El Puente Romano une el barrio de la Catedral con el Campo de la Verdad y está flanqueado por dos de los monumentos más icónicos de Córdoba: la Torre de la Calahorra y la Puerta del Puente. Desde 1931, es considerado Bien de Interés Cultural.

En el año 2014, el Puente Romano de Córdoba fue elegido escenario de algunas escenas de la exitosa serie televisiva Juego de Tronos.

La estatua de San Rafael

La única estatua que decora el Puente Romano de Córdoba es el Triunfo de San Rafael, realizada en 1651 como agradecimiento al arcángel tras una epidemia de peste que azotó a Córdoba. El escultor encargado del trabajo fue Bernabé del Río.

El triunfo de San Rafael aparece siempre rodeado de velas rojas que simbolizan la veneración del pueblo cordobés por esta figura que se dice que bendice a todos los viajeros que llegan o abandonan la ciudad.

El Puente Romano de noche

La imagen más característica de Córdoba al caer la noche es su histórico Puente Romano iluminado. El entorno del Guadalquivir es una zona perfecta para dar un paseo nocturno y disfrutar de la iluminación del casco histórico de Córdoba.

Las tonalidades naranjas de las luces reflejadas sobre el río envuelven al Puente Viejo en un ambiente mágico.