Feria de Córdoba

La Feria de Córdoba es una de las mejores épocas del año para disfrutar de la esencia andaluza de la ciudad. Durante la última semana de mayo, las calles de Córdoba se llenan de flamencas, jinetes, casetas y mucha fiesta.

¿En qué consiste?

La última semana de mayo, Córdoba se viste de gala para celebrar su tradicional feria andaluza. El lugar elegido para ubicar esta fiesta es El Arenal, un amplio recinto a orillas del Guadalquivir con espacio para más de cien casetas.

La Feria es un espectáculo en sí misma. En las calles del recinto es posible ver jinetes a caballo, parejas paseando en calesa, mujeres con el traje flamenco y cordobeses con el sombrero tradicional. Además, la decoración del recinto ferial está muy ligada a la tradición andaluza: farolillos de colores y una gran portada de estilo califal llena de bombillas.

Como punto positivo de la feria de Córdoba, cabe destacar que las casetas están abiertas al público, por lo que el acceso es libre para todo el mundo. Además, se trata de un acontecimiento para todas las edades. Podréis encontrar atracciones para los más pequeños, espectáculos de flamenco, concursos y muchos otros eventos.

Origen de la fiesta

Las raíces de la feria se remontan a la época medieval, cuando los comerciantes locales celebraban mercados de reses que duraban varios días y atraían a ganaderos de ciudades vecinas. Hoy en día, parte de este origen se refleja en la presencia de caballos y carruajes, así como en las corridas de toros que se celebran en la Plaza de los Califas.

La patrona de la Feria de Córdoba es la Virgen de la Salud.

Gastronomía

La Feria de Córdoba es un momento perfecto para degustar las bebidas y comidas típicas de la ciudad califal. En los chiringuitos que se reparten por todo El Arenal, es posible encontrar boquerones fritos, salmorejo, rabo de toro y muchos otros platos característicos de Córdoba. La bebida por excelencia de la feria es el rebujito, una mezcla de vino blanco, gaseosa y hierbabuena.